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Entrevista a Víctor Conde

Artículos de la redacción Dreamers

El autor de "El Tercer Nombre del Emperador" o Piscis de Zhintra acaba de publicar en Timun Mas "El Dragón Estelar". Coincidiendo con la aparición de la reseña de su última novela en Dreamers, Víctor ha tenido la amabilidad de concedernos la siguiente entrevista

imagen de Entrevista a Víctor Conde

D: ¿Como definirías a tu novela "El Dragón Estelar"?
Yo definiría El Dragón Estelar como un viaje a un universo donde prácticamente todas las reglas que te puedas imaginar son válidas. Es una suma de recuerdos (las mitologías de estilo Tolkien, la espada y brujería, los juegos de rol, las películas de George Lucas, el manga japonés que más me influyó cuando era niño, Akira...) más una confluencia de caminos iniciáticos. Es una apuesta por transgredir a propósito todo lo que los popes de la ciencia ficción consideran válido y políticamente correcto, y hacer en España un tipo de literatura para jóvenes que en nuestro país ya poca gente se atreve a escribir. Pero los jóvenes están ahí, y la compran porque les gusta. Les encanta cuando aparecen letras doradas sobre un fondo de estrellas y se van perdiendo lentamente en el infinito. Hay novelas difíciles de comprender porque tienen tramas complejas y personajes que exigen mucho seguimiento. Hay novelas que revolucionarán el género y de las que se espera de todo y más. Y luego hay libros que se olvidan a propósito de todas esas grandes Pretensiones (con P mayúscula) y se conciben con el simple propósito de hacernos pasar un buen rato leyéndolos. Ese es el verdadero espíritu de esta novela, transgredir. Ir contra corriente. Estampar unas letras sobre un fondo de estrellas y soñar con que somos Errol Flynn o Luke Skywalker.Añadir Anotación
D: ¿Qué diferencias encuentras entre escribir Literatura fantástica "seria" o escribir Literatura fantástica de "evasión"?
Muchísima. Desde que empecé en el mundo de la literatura, siempre tuve clara una cosa: que iba a dividir mi carrera en dos senderos muy diferenciados, y los iba a mantener activos simultáneamente. En el primero escribiría literatura seria, ciencia ficción y fantasía para adultos, novela histórica, y tecno-thrillers. Indagaría en los mecanismos que hacen funcionar cada género y trataría de asimilarlos lo mejor que mi limitada capacidad me permite. Construiría mundos complejos y exigiría un pequeño esfuerzo por parte del lector para entenderlos. Y en el segundo, como si fuese una suerte de mr. Hyde asimilado y fagocitado por propia vocación, ignoraría sin más todos esos principios rectores del primer Víctor Conde y me vestiría con un sayo de freak. Escribiría literatura de evasión pura, sin cortapisas. Dejaría salir mi lado más contestatario, e incluso estuve tentado en usar un alias distinto (como todos mis lectores saben, Víctor Conde es un pseudónimo). ¿Y por qué no hacerlo, me he preguntado muchas veces? ¿Por qué no mostrar ambas caras si las dos forman parte de mí? La gente a la que le gustan mis libros sabe identificar al instante cuándo es el Víctor Conde aristocrático el que escribe, y cuándo el monstruo ha salido de la jaula. Un ejemplo: mi próxima novela, "El Tapiz de Medianoche", es literatura para adultos, muy trabajada.Añadir Anotación
D: Siguiendo con este tema, si el fantástico español reciente es poco dado a la literatura eminentemente lúdica ¿dónde encajaría tu novela?
En la estantería de los DVDs, entre tu copia remasterizada de star wars y la caja con el muñequito de Hellboy.
D: ¿Se puede escribir una novela de género fantástico de entretenimiento capaz de agradar a la crítica?
Creo que sí. De hecho, muchos grandes escritores del género como Julio Verne o Poe lo hacían. No es que me esté comparando con ellos lo más mínimo (Dios me libre), pero cuando se ponían delante del papel en blanco tenían muy claro que su propósito, además de contar una historia que te estimulara intelectualmente, era entretener. De haber carecido de esa vena lúdica, más o menos disimulada según la ocasión, sus novelas no habrían llegado a un público tan extenso. Verne escogía un macguffin científico, original o desconcertante para la época, y a su alrededor construía una trama de aventuras que le daba cuerpo. Por ejemplo, en La vuelta al mundo en 80 días, el macguffin era el hecho de ganarle 24 horas virtuales al reloj si dabas la vuelta al mundo en sentido contrario a su rotación, cosa que le permite ganar a los buenos al final. Todo lo demás es circunstancial, la tramoya que adorna la idea nuclear. En 20.000 leguas de viaje submarino, eran los proyectos que se investigaban en aquel momento histórico sobre buques submarinos y la posibilidad de que esta tecnología cayera en malas manos. La misma historia y la misma paranoia la explotan películas como La caza del Octubre Rojo, o el miedo cerval a que la tecnología suprema que permita dominar los océanos caiga en manos del por entonces enemigo. Hoy en día el equivalente a Verne (porque usa el mismo principio rector para configurar sus novelas, al menos) es Michael Crichton, quien sigue exactamente los mismos paradigmas, solo que puestos al día: Crichton agarra un macguffin científico que hoy por hoy está de moda y causa polémica, como la nanotecnología, los robots inteligentes o el viaje en el tiempo, y construye una trama de aventuras a su alrededor. Eso nos demuestra que, a pesar de que las ruedas parecen descubrirse todos los días en literatura, en el fondo está todo inventado.Añadir Anotación
D: En la novela pareces mezclar elementos de ciencia ficción con otros de pura fantasía tipo Tolkien, ¿cómo se te ocurrió mezclar dos géneros tan dispares?
La idea no es nueva, de hecho la hemos visto explotada en muchas películas, cómics y juegos de mesa. Puede que la mezcla de elfos, enanos, dragones y elementos de space opera como naves estelares y pistolas de rayos parezca original, pero no lo es. Al menos desde los años 30. Cuando las tiras de prensa del fundacional Buck Rogers o del posterior Flash Gordon llegaron a los kioscos, en sus viñetas ya podíamos disfrutar de los intrépidos héroes luchando contra criaturas mitológicas en un entorno futurista. En el primer cómic de Flash, si la memoria no me falla, el rubiales quintaesencia del wasp británico saca pecho ante unos dragones, unas sirenas, y unos tigres de dientes de sable con tentáculos, criaturas que evidentemente provienen del imaginario colectivo y de los mitos indo-europeos. El desfile de seres fantásticos no tiene fin, y esto ocurre porque no estamos hablando de ciencia ficción realista. Ése es combustible para otro tipo de novelas. En la space opera, mezclar mito y tecnología no es la excepción, sino la norma. En star wars, sin ir más lejos y por poner un ejemplo más actual, Lucas mete indiscriminadamente en el guión toda la fantasía que le cruza por la cabeza, sin importar de dónde provenga, incluyendo enanos y elfos, palacios de cristal y jinetes de iguanas gigantes. Lo que ocurre, y aquí es donde radica el quid de la cuestión, es que vivimos en un mundo terriblemente categorizado, encorsetado. El ansia por dividir la creatividad humana en tipos, por ponerle etiquetas, nos lleva a pensar que si en una novela salen elfos, es porque va en el estante de la fantasía medieval. Y que si salen naves espaciales, tenemos que colocarla en el cajón de la CF. Pero a poco que indaguemos, nos daremos cuenta de que eso es una ilusión; que los géneros son un invento de los libreros para tener más ordenada la tienda. Hoy en día, cuando las etiquetas parecen infranqueables, es precisamente en el mestizaje donde los artistas encuentran una válvula de escape. Un ejemplo lo tenemos en la próxima película de Peter Jackson, una fábula victoriana donde se mezclan ejércitos napoleónicos y jinetes de dragón. No es una idea loca, sino un intento por encontrar algo nuevo en la mixtura de cosas antes separadas.Añadir Anotación
D: ¿Tienes planeado volver en un futuro al universo creado en esta novela?
Sí, claro. Me la he planteado como una trilogía. De hecho, en esta primera novela lo único que vemos es el planteamiento del conflicto, y los personajes están apenas abocetados. Todo apunta a una hilvanación mucho más compleja de la trama en capítulos posteriores, donde se explicará de dónde proviene cada personaje, cuál es su historia y por qué está donde está. Tenemos que saber de dónde viene Ronin, por ejemplo, cuál es su pasado y cómo se convirtió en capitana de navío. Tenemos que averiguar por qué los quimerianos persiguen a Erik con tanto ahínco y qué secreto es ese que él esconde y que hasta la misma Quimera teme. Tenemos que averiguar quiénes son en realidad esos supuestos dioses que circulan por ahí y qué son sus magníficas Puertas Estelares. Y todavía tienen que aparecer en la trama unos personajes nuevos, que no dio tiempo a presentarlos en la primera novela, y que tendrán mucho peso específico en los acontecimientos que están por venir. A Ronin y sus compañeros les queda todavía mucho sufrimiento y grandes victorias y descubrimientos por delante, pero hay que darle tiempo al tiempo. Como dijo James Cameron en una entrevista reciente respecto a su próxima película, "si tiene éxito haremos una secuela, si no, pretenderemos que nunca ha existido".Añadir Anotación
D: De "El Dragón Estelar" podría salir un buen cómic, ¿has pensado alguna vez traspasar las aventuras de Erik Draven y sus aliados a las viñetas?
El cómic... esa gran asignatura pendiente. Siempre he querido guionizar un cómic, y estoy abierto a cualquier propuesta. Sin embargo, como bien sabe gente como Rafa Marín (que ha trabajado de guionista profesional para Marvel) si el mundo de la literatura es difícil, el del cómic es casi una quimera (y no es un chiste a propósito del villano de mi novela). Encontrar un buen dibujante es fundamental, luego conseguir que se comprometa con el proyecto y lo haga suyo, sacar poco a poco las páginas y tener una editorial dispuesta a echarles un vistazo... Es muy difícil, sobre todo en la España de hoy, donde todos los proyectos recientes de crear una industria castiza del tebeo han fracasado. Los kioscos están saturados de manga japonés (no todo él de buena calidad) y cómics americanos de los que, siendo generosos, podríamos salvar apenas un 30 por ciento. Es lo que el público joven demanda, y está íntimamente relacionado con el apoyo mediático del cine y los videojuegos. Colarse ahí dentro es muy complejo. Podría plantearme en serio guionizar un serial gráfico, pero sólo si consigo el apoyo de un buen dibujante.Añadir Anotación
D: En unas líneas, intenta convencer al posible lector para que se compre y lea "El Dragón Estelar"...
Si te gustó star wars, no te lo pienses.
D: Dejando de lado esta novela, una de las obras que más simpatías se ganó en el fandom es la saga de Piscis. ¿Cuando vamos a ver nuevas aventuras de esta particular heroina?
Por ahora la tengo un poco olvidada, lo admito, pero es que tengo una saturación de proyectos sobre la mesa. ¿Recuerdas lo que dije antes sobre los dos Víctor Conde? Pues ambos tienen que repartirse las mismas manos y el mismo ordenador, por lo cual... Ahora en serio, me gustaría leer más aventuras de mi adorada Piscis, pero me temo que no voy a ser yo quien las escriba. Mi vertiente space opera está copada en estos momentos con la aventura del Dragón Estelar y otra saga de ambiente medieval que estoy preparando. Aprovecho la ocasión, ya que me has preguntado por ella, para anunciar que dejo abiertos los derechos sobre Piscis de Zhintra, por si algún otro autor desea continuar fraguando ese universo deudor de Barbarella y la cultura pop. Sería un gran honor para mí si alguien quisiese retomar el testigo.Añadir Anotación
D: Eso ha sido todo, ha sido un placer.
Muchas gracias a vosotros, el placer ha sido mío, créeme.Añadir Anotación

Entrevista realizada por José Luis Mora
jmazarias@dreamers.es

ENLACES
Reseña de "El Dragón Estelar" en Dreamers
Timun Mas
DCFan, 25 de Mayo de 2007
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